La pintura de Pinazo es
mucho menos espectacular que la de Sorolla, pero es mucho más auténtica y
estéticamente mucho más comprometida. Por eso es interesante recordar lo que Sorolla dijo sobre Pinazo en su
discurso de ingreso a la Academia de San Fernando: “Pinazo fue un filósofo que basaba sus
razonamientos en la observación constante de la naturaleza... Estaba en todas
partes sin abandonar nunca su caja de apuntes; se le veía en las fiestas, en
los mercados de la playa, descubriendo y persiguiendo los encantos del arte
popular, y puede ser fue el maestro
que en ese sentido trabajó más de todos los de su época; fue un
incitador de las energías artísticas regionales”. Sorolla reconoce la influencia de Pinazo y, como señala
Vicente Aguilera, “... su condición de precursor del peculiar, heterodoxo y no
siempre imitativo “impresionismo” valenciano, la tendencia etiquetada como un
“instantismo” o “iluminismo”.
Desde su voluntario retiro
en Godella su interés se centra en la vida del pueblo, en sus gentes, sus
paisajes y sus fiestas populares plasmadas en una obra pequeña que, tal vez por
ello, durante mucho tiempo no ha sido apreciada por la crítica. Pero, como él
decía: “Poco sabe el que no sabe agrandar lo pequeño y disminuir lo grande.
¡Qué poco se necesita para decir mucho!”.
Pinazo accedió de
una manera intuitiva a muchos de los nuevos postulados del arte oficial del siglo XX y su
modernidad radica no sólo en esos toques de espátula, ese inacabado o esos
rayados tan característicos, sino, también, en los temas escogidos, en la
manera de abordar lo cotidiano, los pequeños detalles de la vida que le rodea o
en la factura abocetada y manchada, en la que algunos ven un claro homenaje a
Goya.
Hasta el 2 de febrero de 2014 se
puede ver esta muestra que reúne 34 pinturas y 43 dibujos que nos descubren una
vez más a este gran artista. En la primera planta se ubican las 34 pequeñas tablas pintadas con
trazo expresivo y abocetado
realizadas con su característico estilo pictórico en el que las obras tienen un
aire inacabado. Y en el primer piso sus magníficos dibujos realizados en trozos
de papel, a veces ya usado o en tarjetas de visita. Hay que dedicarles tiempo
para apreciar toda la maestría con la que, con muy pocos trazos, sabe dar vida a los personajes y a los paisajes.
Como señala el
comisario de la muestra, el profesor Javier Pérez Rojas: ”Su pintura precisa en
muchos casos de una cierta educación pero atrapa al espectador que sabe
perseverar, y a partir de ese momento cobra extraordinario interés a cada nueva
mirada.”
Manuela García
1 comentario:
He ido en varias ocasiones a la exposición permanente de Pinazo en el IVAM y tengo pendiente deleitarme con esta ampliación de su obra. Un genio, uno de mis pintores favoritos, imposible perdérmela.
Saludos.
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