Que todas tus ilusiones y metas se cumplan en el nuevo año, pero si tu felicidad depende de nuestra amistad, considérate la persona mas feliz del mundo.
21/12/13
16/12/13
BSB Tres Amigos Valencianos (Benlliure, Sorolla y Blasco Ibáñez)
Hasta el 30 de marzo del 2014, en la Sala de
Exposiciones del Ayuntamiento de Valencia (C/Arzobispo Mayoral, s/n), se podrá
visitar esta exposición con la que
el Concejo quiere homenajear a Sorolla -del que el 27 de febrero de 2013 se
conmemoró el 150 aniversario de su nacimiento-, ensalzando el sentimiento de lo
valenciano y lo hace acompañando la figura del pintor con la de otros dos
afamados valencianos: Mariano Benlliure
y Vicente Blasco Ibáñez. Los tres
tienen calles en Valencia y a los tres se les ha nombrado Hijos Predilectos de
la ciudad.
Esta exposición se nutre
de fondos exclusivamente municipales, mucho más limitados en el caso de
Sorolla, del que sólo hay cinco obras, mientras que en los casos de Benlliure y
Blasco Ibáñez, ambos cuentan con un museo en la ciudad del que se ha utilizado
para la exposición sólo una parte de los fondos.
Benlliure, Sorolla y Blasco Ibáñez fueron
coetáneos y amigos; abandonaron relativamente jóvenes la ciudad en la que
habían nacido para realizar sus obras y tras unas vida larga en producciones y
viajes quisieron ser enterrados en Valencia.
La amistad entre Blasco Ibáñez y Sorolla comenzó cuando los dos
frecuentaban la playa de la Malvarrosa, el pintor realizando la serie de marinas
y cuadros de pesca y el escritor recogiendo datos para su novela Flor de mayo. La relación de Blasco
Ibáñez con Mariano Benlliure fue especial ya que los hermanos Benlliure le
acogieron como a uno más de la familia cuando Blasco estuvo exiliado en Italia.
La exposición reúne unas setenta piezas entre las que hay fotografías,
objetos, diarios de época, ediciones originales de novelas, lienzos y
esculturas de las que la mayoría han salido de la mano de los protagonistas de
la muestra, pero entre las que también hay algunas debidas a las de Ignacio
Pinazo, Manuel Benedito o Fillol entre otros.
De Sorolla se incluyen los lienzos Mi
familia (1901) y Mi jardín (1917). De Mariano Benlliure
un autorretrato, apuntes para sus esculturas, bocetos para el sarcófago de
Blasco Ibáñez y varias de sus esculturas. En el apartado dedicado a Blasco
Ibáñez se pueden ver apuntes de José Benlliure para una edición ilustrada de La barraca, un retrato del escritor
realizado por Juan Antonio Benlliure, algunos de sus libros y fotos.
En un apartado del catálogo el comisario de la exposición, Ricardo
Bellveser, señala como: “Son muchos los elementos que unen y distinguen a los
tres amigos valencianos que tenían una edad similar pues a Sorolla y Benliure
tan solo les separaba un año, mientras que Blasco era algo más joven, cuatro
años menor que Sorolla y cinco que Benlliure...Por supuesto tenían en común
también su proximidad con el realismo, su antiacademicismo que no siempre llegó
a conectar con las posiciones de las vanguardias…su valencianía en el sentido
emocional de la palabra, su formación internacional basada sobre todo en las
experiencias italianas, francesa y madrileña, el ser sumamente prolíferos…, su
amistad interpersonal, y su compromiso político e ideológico, republicano en
sus inicios en el caso de Blasco Ibáñez, monárquico burgués envuelto en
apoliticismo en Mariano Benlliure y peri monárquico acomodaticio según y cómo
por mor de alfonsino, en Sorolla.”
Manuela García
14/12/13
8/12/13
Viaje a Villena
Nuestra
visita a Villena, el pasado 9 de noviembre en un día soleado pero fresco, salió
tal y como se había programado gracias a Esther y a Laura del museo arqueológico
de la ciudad que nos acompañaron en todo el recorrido. Nada
más subir al autobús, primera sorpresa, nos devuelven 10 euros por menor coste
del viaje.
Al
llegar a Villena fuimos directos al Castillo de la Atalaya, muy reconstruido,
con sus murallas del siglo XII. En sus estancias humildes nos vimos trasladados a
una historia llena de guerras y conspiraciones. La vista del territorio nos
mostraba la riqueza de esas tierras. Hay que agradecer a Laura, compañera de
estudios de Esther, que nos mostrara el castillo con explicaciones muy
centradas en la historia y la arqueología, aunque estaba cerrado al público por obras.
Visitamos
la Iglesia de Santiago, con sus inmensas columnas helicoidales junto con la gran verja y los detalles mitológicos de las columnatas.
La gran sorpresa fue ver en el Museo Arquelógico la muestra de piezas halladas
en los parajes cercanos que van desde hace 50.000 años junto con el tesoro de
Villena, encontrado en 1963, compuesto de sesenta piezas de oro que estaban
dentro de una vasija de arcilla. En seguida saltó la pregunta ¿quién la escondió?
¿su dueño ante una invasión extranjera o era un botín que los ladrones nunca
recuperaron? Parece que nunca lo sabremos.
Lo
que sí sabíamos era que íbamos a disfrutar de un comida, no muy copiosa, con embutido de la zona, el trigo
picao, pelota de relleno, la gachamiga. Además a siete de los viajeros los
postres fueron más dulces por ser agraciados en el sorteo.
Para
terminar nos acercamos al paraje conocido como Cabezo Redondo, y
contemplar las excavaciones que se están llevando a cabo con restos de un
asentamiento poblacional que van hasta 15.000 años a.c. Aunque el acceso era un poco intrincado, resultó más fácil gracias a Miguel, el chofer que nos acompaña en los viajes y con mucho afecto de todos y de todas.
A.D.
Fotos de José Luis Álvarez y Alfredo Domínguez
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