Los amigos de la asociación, hemos disfrutado de un fresquito (y estupendo) fin de semana cultural y gastronómico.
Comenzamos
madrugando, como es menester, el viernes día 10 de febrero para tomar el bus
que nos llevaría a Barcelona para realizar una visita
"gaudiniana total" que se inició en la Sagrada Familia, obra cumbre de Gaudí, de su último tiempo de
madurez, de gran religiosidad, paralizada, tras su desgraciado fallecimiento,
atropellado por un tranvía. En distintas etapas del siglo XX, se ha
reiniciado la obra, que aún continúan. Al contemplar sus vitrales, deseamos que
en este siglo quede finalizado para poder admirar tan gran monumento.
Pasear por el Paseo de Gracia o por las calles cercanas nos lleva al encuentro
con hermosos edificios modernistas cuidadosamente conservados.
Quizá uno de los edificios modernistas menos conocidos es el Hospital de Santa Creu i Sant Pau, declarado
patrimonio de la Humanidad por la Unesco.Su construcción comenzó en 1902 bajo
el mecenazgo del banquero Pau Gil. Monumental la arquitectura de sus diversos
edificios/pabellones y de la Iglesia, Obra de Lluis Doménech i Montaner con cerámicas
vidriadas, mosaicos con teselas, forja y carpintería.
La anécdota graciosa, en la visita a este edificio, es que tuvimos que ponernos
casco y chaleco al estar todo el complejo
en obras. Su historia guarda un cierto paralelismo con nuestro Hospital
General, actualmente Biblioteca Pública, en la que se puede admirar el crucero
gótico, perfectamente conservado y los arcos del jardín, que están bastante
tiempo en restauración debido a las típicas polémicas Ayuntamiento-Generalitat.
El último día nos dirigimos a Montserrat. Pisamos nieve, respiramos aire puro, paseamos por la
montaña y escuchamos a la escolanía para luego dirigirnos a la calçotada,
que nuestra Asociación ya ha institucionalizado. La de este año tuvo lugar en un
restaurante de Santa Margarida de les Monges, y que, aunque parezca imposible,
superó a la del año pasado.
Una comida perfecta regada con un buen vinito tinto
que algun@s se atrevieron a beberlo con el porrón y un cava que entraba sin
darte cuenta, pero como no teníamos que conducir, no hubo reparos en tomarlo.
A todos los buenos amigos deseamos un pronto encuentro con la misma salud
física y mental de la que disfrutamos actualmente.
(Texto de Magdalena Navarro, fotografías de Elvira Ramos, Antonio Latorre y Juan Antonio González)
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