Al principio del verano os pedíamos que nos enviarais vuestros relatos de viajes, veraneos, fotografías o experiencias vividas. Aquí está la colaboración que nos remite nuestro amigo Manolo Marzal de cómo revivió este verano el de 1950 en San Miguel de Pedroso.
Este verano mis amigos y yo hemos
tenido una experiencia interesante y divertida por tierras de Castilla la
vieja, en el verde y hermoso valle del Tirón y que además del extraordinario
paisaje, demuestra el espíritu creativo, divertido y colaborativo de las gentes
de San Miguel y por extensión de las gentes castellanas.
Bajo la advocación de San Miguel se
fundó en el año 759, en el lugar de Pedroso, el primer monasterio de monjas de
Castilla (fue el Rey Fruela de Oviedo junto al obispo de Oca quienes lo
fundaron nombrando Abadesa a doña Nuna Bella (Doña Nonabella) de 27 mujeres de
diferentes linajes, romanos, visigodos y celtíberos). Fue un monasterio
femenino en tierra de nadie y en un momento de expansión de los musulmanes del
Ebro y el Tirón. Las monjas permanecieron en el monasterio hasta 1054, fecha en
el que fue anejado al monasterio de San Millán de la Cogolla por el rey don
García VI de Navarra, permaneciendo sus monjes en Pedroso hasta 1835.
En la actualidad el pueblo cuenta con
una población estable de unas 40 personas, la mayoría septuagenaria y
octogenaria. Y sin embargo los fines de semana se quintuplican con la llegada
de hermanos, hijos, nietos y biznietos. Tiene San Miguel un atractivo especial
en las cuatro estaciones del año, el caso es que rebosa vida y la convivencia
intergeneracional es patente.
Este año, a los componentes de la
comisión de fiestas y miembros de la asociación “El Priorato” se les ha
ocurrido celebrar una fiesta de “retorno al pasado” e invitar a todos los
vecinos de la comarca. Se habilitaron campos segados en las dos entradas del
pueblo para que los visitantes y vecinos de San Miguel aparcasen sus coches y
así el pueblo no tuviese huella
mecánica del año 2012; se levantaron casetas, de aspecto antiguo, para mostrar
los trabajos de artesanía típicos del lugar así como la necesaria para la venta
de bebidas y vino de la Rioja y tapas típicas de la zona. Y lo más interesante:
se habilitó un “banco de San Miguel” en el que se podía cambiar la moneda Euro
por Pesetas. La equivalencia fue Un Euro, una Peseta. Se puso en funcionamiento
el Molino, se abrió el Museo y se decoraron sus calles con exposición de
utillajes, herramientas, vehículos, etc.
y todo el mundo se vistió de la época. Fue todo un acontecimiento; fue
un regreso al pasado, divertido y espectacular. Por otro lado se teatralizó
diversas actividades de la vida del pueblo en esos años: Desde el balcón del
Ayuntamiento, a lo bienvenido mister Marshal, las autoridades (Alcalde, Cura y Guardia
civil) invitaron al pueblo y visitantes a los actos de “siega de trigo”,
“trillo con caballo”, “un día de escuela”, “paso de ganado”, “juego de
frontón”, “danzas populares” y “una Boda” de una pareja de sanmigueleños que
tuvo lugar en la plaza del pueblo y que culminaron con un coche nupcial tirado
por dos hermosos bueyes. A pesar del calor y de la aglomeración nos lo pasamos
muy bien sobre todo a la hora de comer ya que prepararon sus famosos
“Caparrones” y de los que comimos más de 300 personas ( de hecho faltaron
raciones; ¡se quedaron cortos!)… Y acabó con un concierto de la música del
grupo Mayalde que nos sorprendió con sus instrumentos, cuentos y canciones
tradicionales castellanas.
Un éxito de fiesta por su
originalidad, contenido, esfuerzo y participación de todos. Es un pueblo que os
invito a que visitéis y del que podéis tener noticias en su web: http://www.sanmigueldepedroso.es/
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