El número que ha salido en el sorteo para la ópera de La Traviata es el CUATRO, para el reparto de las entradas. La lista está expuesta en el despacho y los agraciados, con el resguardo de haber efectuado el ingreso, podrán recoger las entradas en el despacho de la asociación los días 28 y 29 de octubre, en el horario habitual de 10:30 a 12:30.
La Traviata fue estrenada, sin éxito, en el teatro La
fenice de Venecia el 6 de marzo de 1853. El público se burló de la representación
dirigiendo sus burlas a la soprano
que fue considerada demasiado vieja, ¡tenía 38 años!, y con un problema
de sobrepeso que no encajaba con el papel dramático de Violetta quien muere de
consunción. Al final de la ópera, el público rio a carcajadas. El día después,
Verdi escribió a su amigo Muzio: "La
Traviata anoche un fracaso. ¿Fallo mío o de los cantantes? El tiempo lo
dirá."
Un año después la ópera se representó de nuevo en
Venecia, esta vez en el Teatro San Benedetto y fue un éxito total. Desde
entonces su popularidad ha sido constante y se ha mantenido en el repertorio
hasta la actualidad.
Es una obra atípica dentro de la producción de Verdi
por su carácter realista y la búsqueda de la verosimilitud dramática por
encima de las convenciones musicales. Con ella, Verdi alcanzó un estilo maduro, con mayor
hondura en la descripción de los personajes, mayor solidez en las
construcciones dramáticas, y una orquesta más importante y rica.
La ópera está
estructurada en tres actos. En el preludio se reproduce musicalmente el recurso
utilizado por Alejandro Dumas de comenzar la novela por el final de la
historia, al presentar inicialmente el tema de la agonía de Violeta,
profundamente triste, seguido del tema de amor. Lentamente, la música se va
animando sin perder el tono melancólico hasta concluir enlazándose con el clima
festivo que estalla al comienzo del primer acto.
Uno de los
momentos más brillantes y célebres de la ópera es la escena del brindis “Libiamo
ne' lieti calici” al comienzo del primer acto.
El punto de
inflexión de todo el desarrollo dramático de la ópera reside en la escena del
acto segundo entre Violeta y Germont, en la cual éste trata de convencerla por
todos los medios a su alcance de que abandone a Alfredo.
El preludio al
acto tercero subraya el tono sombrío de la situación. El aria “Addio del
passato” termina con una plegaria donde Violeta le pide a Dios piedad para “la
traviata”, la extraviada, lo cual finalmente le dará el título a la ópera. El
reencuentro de los amantes se sella con el dúo de amor “Parigi, o cara, noi
lasceremo”. El uso de la voz hablada como recurso dramático le permite a Verdi
entrar de lleno en el realismo, dotando a esta escena de una sobrecogedora
dimensión trágica. La obra termina con el "Prendi quest´e L'Immagine",
en el que Violeta muere.
La versión que nos ofrece el Palau es la que el
director de escena Willy Decker realizó en 2005 para el Festival de Salzburgo. La puesta en escena
era tan rompedora y original que sorprendió a todos, y a nadie dejó indiferente.
En su presentación el mismo Willy Decker hablaba así de su Traviata: No he
querido recargar la ópera con efectos inusuales y supérfluos. Se trata de
concentrarse, de focalizar sobre la psicología de los personajes, y quitar todo
aquello que no fuera necesario.
En esta versión
el coro y los amigos de Violetta Valery se convierten en unos seres anónimos,
vestidos todos de la misma forma lo que ayuda a centrar la atención en los
personajes principales, que se mueven en un escenario único de forma
semicircular, en el que no hay más decorado que unos sofás que en el segundo
acto se cubren de unas telas con unas flores tan exuberantes como el amor de
los protagonistas. Tras ese momento de explosividad, la realidad cruel del
fatal destino que espera a Violetta se vuelve a hacer presente: el espacio se
queda nuevamente vacío y un enorme reloj marca el tiempo que pasa de manera
inexorable acercando a Violetta a su fin.
Manuela García
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