Preciosa ruta circular, quizá una de las
más hermosas y conocidas de la Comunidad Valenciana,
La senda de La Cortada también es conocida como
senda Cavanilles en homenaje al insigne botánico valenciano que recorrió y
describió estos parajes en sus obras escritas. Se trata de una ruta circular
que nos permite admirar un paisaje de montaña bastante impresionante.
Esteban Cuéllar en su 1er volumen de
“Caminando por la Comunidad Valenciana” lo explica muy bien , me permito
reproducir un párrafo
“Para poder subir a la corona de la Muela y
no despeñarse en el intento, construyeron los vecinos de Cortes de Pallás, hace
ya cientos de años, esta atávica senda de herradura. Salvando un desnivel de
unos 400 m. asciende hasta la llanura molar, en donde el Barón de Cortes tenía
una hacienda. Hoy en día, a pesar de su desuso, la senda está bien preservada y
en muchos trechos conserva su empedrado original. Sólo hay que recorrer su
trazado para darse cuenta de la paciencia, el ingenio y la astucia, no exenta
de cierta temeridad, de su construcción que aprovecha las fajas o repisas de
las verticales paredes en un sinfín de lazadas que a veces se asoman al
turbador vacío.”
A pesar de ser una excursión corta, reúne
sin duda todos los alicientes para que no defraude a nadie.
Comenzamos la excursión en el panel de
descripción de rutas de Cortes, este lo encontramos en las afueras del pueblo en
la ctra. La Muela, junto al Centro Cultural “El Lavadero”
Empezamos la ascensión por una pista de
cemento pero pronto nos encontramos con un antiguo camino de herradura bastante
bien conservado. Vamos subiendo hacia los cortados con unas maravillosas vistas.
Pasamos por una terrazas, que hacen de
balcones hacia el pueblo y el pantano, hasta encontrarnos con el “Pino de la
Cortá”, que parece desafiar a la gravedad y agarrado con todas sus raíces
resiste a la fatal caída.
Momento de hacer la clásica foto de recuerdo.
Aquí nos encontramos con uno de los puntos más
bellos de la ruta, desde el que podemos ver enfrente nuestro y a pocos
kilómetros de distancia el castillo de Chirel, una antigua
fortaleza morisca que sirvió para vigilar el río desde su atalaya
situada en lo alto de la Muela del Cinto del Castillo.
También podemos observar los destrozos del
incendio del verano de 2012, en los montes mas allá del embalse.
Un poco más arriba llegamos a lo alto de la
muela, con una altitud superior a los 800 mt. Donde hacemos un descanso para
recuperar fuerzas al lado de la gigantesca balsa que aporta agua para la
central eléctrica de Cortes.
Junto a la valla de protección de dicha
balsa, llaneamos hasta encontrar la
senda que nos indica el descenso.
Tomamos un sendero muy bien señalizado que
nos asoma a un nuevo y espectacular paisaje. Se trata del valle donde discurre
el Barranco de Cortes.
Un poco mas abajo y siguiendo la pista en
Zig-Zag, nos encontramos con el “paso de la Franca”, donde hay colocada una
cadena para poder sujetarse y hacer más seguro el mismo.
Al llegar al arroyo de Cortes, tenemos la
suerte de verlo con bastante agua, lo que nos hace que algunas personas nos
descalcemos para cruzarlo.
Este rincón es de una gran belleza, por la cantidad
de saltos que tiene el agua, lo que aprovechamos para hacer fotos.
Seguimos la senda que nos lleva de vuelta
al pueblo, donde comentamos la suerte que hemos tenido con el tiempo y lo
bonita que ha sido la excursión, quizás una de las mas bellas del curso.
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